Dos institutos han publicado varios estudios en los que las impresoras 3D son peligrosas para la salud. Básicamente por las nanopartículas plásticas que después se alojan los pulmones, para siempre.
Aunque todavía están lejos de ser un producto masivo, las impresoras 3D ya están empezando a ser peligrosas. Investigadores de Georgia Insitute of Technology y UL Chemical Safety han publicado estudios sobre el uso de esta nueva tecnología.
Según ellos, las impresoras 3D emiten nanopartículas de plástico en el aire. El 12 de noviembre de este 2018, publicaron sus conclusiones. Validan otros estudios publicados en julio del 2017 y luego en abril del 2018 en la revista especializada Aerosol Science and Technology.
Impresoras 3D: nanopartículas de plástico en tus pulmones de por vida
«Muchas impresoras 3D de escritorio emiten partículas ultra finas durante su proceso», dicen los científicos después de dos años de trabajo. Estas partículas se miden en nanómetros (menos de 100 nanómetros) y, por lo tanto, pueden inhalarse en el aire ambiente. Peor aún, una vez alojados en los pulmones, permanecen allí de por vida. Un problema ya señalado por otros científicos. Pero estos nuevos estudios muestran que todos los modelos de mercado sin excepción (incluso los más avanzados) son perjudiciales.
Según ellos, varios factores pueden afectar la cantidad de nanopartículas emitidas: marca de la impresora, tipo de filamento, tipo de boquilla, temperatura de la punta, etc.
Impresoras 3D dañinas: ¿Cómo reducir los riesgos?
Si existen riesgos, pueden reducirse, según investigadores de Georgia Tech y UL Chemical Safety. Primero, recomiendan a los usuarios alejarse de las máquinas mientras la impresión está en progreso. Lo ideal es que las impresoras se coloquen en salas ventiladas y que la temperatura de impresión se establezca lo más baja posible.
Rodney Weber, coautor de estos estudios, indica que no hay que activar la alarma de emergencia por esto. En una entrevista explica que al seguir estas recomendaciones, los riesgos son muy bajos. Él declara:
No es que las impresoras 3D fuesen las únicas en crear nanopartículas en el mundo. Es solo que no están regulados y la gente no lo ha pensado mucho.
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