El ex-presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva a principios del 2021 en contra de Xiaomi y en ella bloqueaban las inversiones en los Estados Unidos. Además, el gobierno de Trump incluyó a Xiaomi en una lista negra para inversiones, poniendo a la firma china en la mira del Pentágono debido a sus supuestas relaciones con empresas militares chinas; Xiaomi apeló la decisión tomada por el gobierno de Trump y hace unas horas un juzgado estadounidense ha decido la suerte de la firma china.
La verdad detrás del bloqueo de inversiones
Un reporte de Wall Street Journal indica que un premio otorgado a Lei Jun (fundador y CEO de Xiaomi) por su servicio al estado fue la razón por la que, en sus últimos días, la administración Trump decidió incluir a Xiaomi en su lista negra para inversiones.
El reporte también menciona la inversión de la firma china en tecnologías avanzadas que incluyen 5G e inteligencia artificial.
El premio a Lei le fue otorgado por el MIIT de China; esta es la agencia gubernamental que supervisa las políticas del país relacionadas con la tecnología y la política industrial.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos dice que esta agencia gestiona la fusión civil-militar de China; bajo este programa, China trabaja con empresas privadas para crear tecnología para el ejército.
Xiaomi gana la batalla
Según Reuters, un juzgado estadounidense acaba de suspender el bloqueo de inversiones para Xiaomi en los Estados Unidos citando lo siguiente:
Concluimos que los acusados (Xiaomi) no han argumentado que los intereses de seguridad nacional en juego aquí sean convincentes.
Con esto Xiaomi gana la batalla legal, al menos por ahora, y un representante de la firma china ha indicado que la decisión de Trump fue caprichosa y arbitraria:
Planeamos continuar solicitando que el tribunal declare ilegal la designación y que elimine permanentemente la designación.
Nos parece perfecto que la firma china ahora esté libre del bloqueo impuesto por el gobierno de Trump, que en realidad no tenía ni pies ni cabeza; sobre todo cuando la firma china nunca mostró relación alguna con empresas militares.
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