El IPhone X aún no está disponible, pero ya está causando problemas para Apple. Un desarrollador de aplicaciones de iOS acaba de entablar una demanda contra la empresa de la manzana. Según él, Apple robó deliberadamente la marca «Animoji» que había archivado desde 2014 para usar como nombre de los famosos emojis animados de su nuevo smartphone.
El 12 de septiembre del 2017, Apple presentó el iPhone X, un smartphone que mira hacia el futuro con muchas innovaciones. Estas características innovadoras incluyen los Animojis.
La tecnología de reconocimiento facial Face ID permite que estos emojis animados capturen las expresiones faciales del usuario. Un concepto rápidamente adoptado por otras compañías como Snapchat y su Bitmoji. Luego se pueden compartir a través de la aplicación iMessage. Una novedad puramente dedicada al entretenimiento, que sin embargo atrae a muchos consumidores.
Sin embargo, resulta que Apple no fue muy lejos para encontrar el nombre de sus emojis animados. Un desarrollador de iOS llamado Enrique Bonansea acusa a Apple de robar el nombre de su aplicación Animoji, disponible en la App Store desde septiembre de 2014. Según él, Apple sabía muy bien que esta marca había sido archivada desde marzo de 2015, e incluso intentó comprarlo al principio. Tras este inconveniente, el desarrollador acaba de presentar una queja por infracción de marca registrada.
iPhone X: Apple primero intentó comprar la marca Animoji antes de usarla ilegalmente
La aplicación en cuestión es una herramienta para compartir mensajes de texto animados personalizados. Es posible utilizar todos los caracteres alfanuméricos de todos los idiomas, incluidos los emojis. Los mensajes pueden enviarse a través de la aplicación Mensajes o Correo, sin que el destinatario tenga que instalar la aplicación en su smartphone.
Enrique Bonansea culpa a Apple por robar su marca sin ningún escrúpulo, en lugar de usar la creatividad que le ha permitido construir su reputación a lo largo de los años para inventar otra. Estas son las palabras usadas por el desarrollador en su reclamo. Uno puede sentir la amargura que transpira a través de estos términos, pero su enojo está justificado.
Al elegir usar esta marca comercial a pesar de la negativa del propietario, Apple sugiere que su estado e influencia le permiten eludir la ley para lograr sus fines.
Sentado en su colosal fortuna, Apple parece ignorar cualquier represalia. El desarrollador solicita una orden judicial que prohíbe a Apple usar la marca, y también desea recibir una compensación hasta por los beneficios obtenidos por la firma Cupertino en relación con el uso del nombre.
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