Según la información publicada hace unos días, el supuesto ladrón de smartphones se robaba los smartphones desde una de las propias sedes de fabricación de la compañía en Corea del Sur, para más tarde venderlos a un distribuidor de teléfonos de segunda mano.
Un empleado de Samsung de una de sus fábricas en Corea del Sur habría aprovechado cierta ventaja que se le había concedido, al parecer, por sus condiciones específicas, para sustraer, supuestamente, 8.474 teléfonos inteligentes de la firma que más tarde vendía a un distribuidor de productos usados.
El nombre del supuesto ladrón es Lee, y se trata de un empleado que, de acuerdo con la información publicada, padece algún tipo de discapacidad que le obliga a utilizar una silla de ruedas. Esta circunstancia no sería importante a no ser por el hecho de que, a raíz de su situación personal, estaba exento de cruzar el detector electrónico de metales que la compañía tiene al salir del trabajo. Gracias a ello, Lee pasó casi dos años robando smartphones a Samsung.
En concreto, Lee se hizo con 8.474 teléfonos inteligentes valorados en un total aproximado de 800 millones de won, algo así como unos 711.368 dólares, entre diciembre de 2014 y noviembre de 2016 en la fábrica que tiene Samsung en Suwon, Corea del Sur.
Posteriormente los vendía a un distribuidor de teléfonos de segunda mano. Y ha sido precisamente la pista seguida a partir de algunos de estos terminales localizados en Vietnam, lo que ha permitido identificar, localizar y detener al supuesto responsable.
Según la policía, el objetivo de este robo era saldar una deuda de juego de 900 millones de won (unos 800.000$), por lo que el detenido se ha quedado a puertas de hacerlo
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