En la era de la información resulta prácticamente imposible bloquear la diseminación de quantums (paquetes informativos) sobre temas que históricamente se mantuvieron al margen del conocimiento popular. Y ante la imposibilidad por seguir conteniendo estos causes de información, al parecer el mainstream media, así como la tradicional élite de poder, recurren a una técnica alternativa: la desinformación. Esta herramienta de algún modo intercambia la antigua ignorancia a la que se encontraba sometida gran parte de la sociedad civil por un nuevo, y tal vez aún más efectivo enemigo, la confusión. Y es que si analizamos de manera objetiva ambos fenómenos en verdad resulta más nociva esta segunda táctica empleada para proteger su mala atención: es más “peligrosa” para los intereses a la sombra una sociedad que no sabe (y que en cierto porcentaje esta consciente de su ignorancia en algunos temas) que aquella sociedad que cree saber (pero en realidad no sabe nada) o incluso que sabe demasiado, teniendo a su alcance más mucho más información de la que es capaz de procesar lúcidamente. “La tecnología es muy divertida, pero también podemos ahogarnos en ella. La neblina de la desinformación puede debilitar el conocimiento”
¿Cómo hubiéramos imaginado que esa épica llegada a la “era de la información”, vanagloriada por muchos con la consagración de la Red, terminaría por convertirse, paradójicamente, en la más efectiva herramienta para favorecer la ignorancia? Que lejos ha quedado esa sociedad ingenua que permanecía marginada de los flujos informativos, los cuales se definían desde una casi invisible élite y que modelaban la información más importante. Y al mismo tiempo parece que la sencillez informativa de esa sociedad ahora extinta (al menos entre la población con acceso a internet) de algún modo era como una especie de ángel de la guarda que la privaba, saludablemente, de la avalancha desinformativa a la que ahora estamos expuestos. ¿Quién hubiera dicho que tendríamos razones para sentir una genuina nostalgia ante aquella simple ignorancia en contraste con lo que ocurre ahora, que finalmente podríamos resumir como una sofisticada ignorancia.
Pero más allá de la melancolía o el pesimismo, lo cierto es que debe existir un antídoto para contrarrestar este ilusorio carnaval. Una de las versiones de esta “medicina” es muy sencilla: simplemente desconectarte del desfile de hebras informativas patrocinadas que han surgido en internet (mainstream, contraculturales, radicales, indie) clausurar tu exposición a la ambivalente maraña digital puede garantizar tu tranquilidad informativa y sobre todo seguir a los que realmente están del lado de los usuarios.
Resulta evidente que debemos corresponder a la evolución de los medios y las tecnologías informativas con una evolución paralela: el desarrollo neurocognitivo para digerir, interpretar, discernir, y sintetizar la colosal cantidad de información a la que ahora estamos expuestos. Para ello, más allá de dejarnos llevar por el rediseño que implica el impacto de estas tecnologías en nuestra vida cotidiana, en nuestra cultura y en la psique colectiva, resulta fundamental detener un instante el frenesí interactivo y reflexionar sobre las implicaciones que estas nuevas herramientas de comunicación tienen para nosotros en todos los niveles: desde el laboral y el sociocultural, hasta el sentimental, el fisiológico e incluso el espiritual. Aquel que controle, a través del entendimiento, las tendencias prácticas que los programas actuales fomentan.
Puede ser un tanto angustiante entregarte a este desfile de respuestas sin el apoyo de supuestas verdades inamovibles que te acompañen en tu camino digital. Pero lo siento, así es, o en realidad así es como puede ser, y yo no hice el diseño del universo así que solo deseo transmitirte el anti-modelo bajo el cual (posiblemente) se rige el mayor tablero de juego que haya dimensionado la humanidad, el “salón de juegos cósmico”. A lo que voy es a que la mejor manera de navegar el cúmulo informativo es estar consciente que solo podrás interactuar con el a partir de tu interpretación, y aceptar que a fin de cuentas lo que entiendas de todo esto (o mejor dicho lo que creas entender) es simplemente un analisis, y que ello no lo hace ni más falso ni más verdadero que cualquier otra de las interpretaciones con las que te vayas a encontrar a lo largo de tu camino data-naútico.
Finalmente, para completar los recursos que puede dar vida a este neuromístico antídoto contra la desbordante y estratégica desinformación, debes ejercer un elemento fundamental en la vida: el discernimiento, y el cual por cierto tal vez sea tu más confiable acompañante a lo largo de cualquier sendero existencial. El único que puede velar o engañar tu proceso de discernimiento eres tu mismo.
Y una vez dilucidada la fórmula de salida (y no se trata de un contraataque contra las tácticas de desinformación, más bien es un suave movimiento de tai-chi) podemos comenzar a cerrar este artículo con la tranquilidad de habernos alejado del análisis neurótico, aunque necesario, que perfilamos al principio. Y para ello quiero aprovechar para hacer, en forma franca y directa, una invitación formal a todos los lectores de Peruconnection: lleven una vida informativa sana, que les genere más paz que angustia, y que les permita, invariablemente, alimentar su crecimiento personal. No propongo que huyan a la fiesta informativo-desfinformativa que estamos viviendo, pero si los invito a que lo hagan ejerciendo las increíbles facultades con las que fuimos dotados, interpretando y discerniendo, y con conciencia de que ninguna versión “verdadera” es excluyente de otra, recuerda que a pesar de que en la escuela se esforzaron por enseñarte lo contrario lo cierto es que dos verdades, aún opuestas entre sí, pueden coexistir perfectamente de acuerdo al fascinante diseño con el que fue modelado nuestro universo. Cópula con la información, hazlo libremente, y ni siquiera te sugiero que utilices para ello un preservativo de látex, simplemente date cuenta que estas inmerso en una poderosa y caótica ola y, sobretodo, disfrútala (jamás olvides que estás diseñado para surfearla) y Peruconnection es tu mejor tabla para hacerlo.
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